La soga
la asfixia
la sentencia eterna
de haber nacido
con el estigma de ser asesinado
en la matriz
y haberme aferrado a este útero
La furia cumulada
de 32 años
la lágrima
que ya no emana
del ojo sino
de la veta infinita del odio
En esta tumba
mi mortaja es mi propia piel
ya nada me cubre
Ni la tierra me quiere quieta
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