Agosto 2004
La palabra fresca se derramo de la boca
que se habría en el corazón desalmado
de aquella noche resonante.
No hay nexo,
no hay espacio posible
entre la realidad y el deseo
La espada de Atenea callo la insondable palabra
perdida en mil neuronas
Silencio perpetuo de la mirada ausente
de los días por venir.
El paso perdido de las sonrisas
no encontrara mas el ritmo de su boca,
la tormenta amenazaba con
dejarla en medio de Estigia,
en sus ojos no había monedas,
quizás Caronte la quisiera de amante
para pasar con ella las largas noches de invierno.
El Pecho se aprieta, se contrae
toma el revólver
abre la boca
su dedo índice en el ojo de la luz
presiona con fuerza
solo silencio...
El mensaje fue nítido, translucido
como su alma en el viento
transparente como son los fantasmas al cruzar
el rió de la muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario