Sospecho
una despedida fortuita
sonido ahogado del alma.
Quizás permanecería en su retina
el resto
de la eternidad
que siempre quiere quedarse.
Sostuvo su mano la pluma
queriendo diluir este garabato
No era prudente pedirle al corazón
el dolor sordo de los amores perdidos.
Le dejo en medio del charco de las memorias
y no tuvo alternativa mas
que remar en contra del destino
No hay comentarios:
Publicar un comentario