miércoles, 24 de febrero de 2016

arrebol



Cada tarde cuando el arrebol se ve en los cerros de casa me acuerdo de esa época dulce y sutil de café con leche y galletas, esa con eco por que no se le da café a los niños, ahí estas en la cocina preparando la tácita , el plato y la mesa. Es que por las tardes es cuando más extraño el olor de tu pecho ese dulce y sutil que se confundía con la cocina y tus cremas, es que cada tarde cuando cae el sol es q te lanzas desde las nubes a traerme algún preparado tuyo, como extraño tus manos pequeñas arrugadas y con pecas, tu estatura corta y tu nariz impertinente, sólo es en las tardes el momento más triste donde siento q realmente ya no estas y te reclamo como los niños reclaman su teta, te reclamo como un engranaje viejo que necesita aceite, ya ahora sólo llegas como el viento por las tardes y los arreboles son tu auto, algún transporte tenías q encontrar para llegar, suerte la mía q te percibo perfumada en el viento cada tarde .

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